Casa F12 | Auténtico diálogo histórico contemporáneo

Miguel de la Torre Arquitectos
Imágenes: Jorge Garrido

Esta obra surge de la intervención a una casa de finales del siglo XIX, cuyo terreno probablemente perteneció al ex Convento de Nuestra señora del Carmen. Bajo este contexto, el reto fue crear un lenguaje que uniera las distintas épocas de la casa. El vestíbulo es uno de los espacios más importantes de la residencia ya que sus características indicaban que era una zona original, la cual no había sufrido grandes intervenciones, por tal motivo se convirtió en una pieza funcional y museográfica de este proyecto.arq

Se optó por un esquema de “L” que permite abrir la casa hacia el jardín y hacia la orientación sur, sumado al empleo de patios, elementos de unión y articulación. Las áreas públicas se ubican en la planta baja y constan de estudio, estancia, comedor, cocina y áreas de servicio. Entre el estudio y el comedor se formó un patio contemplativo con un jardín acuático, el cual además de separar funciones, articula la planta.

En el primer nivel se encuentran las áreas privadas, recámara principal, dos recámaras, área de tareas, cuarto de TV y patio/huerto. En tanto que en el segundo nivel se proyectó una recámara de visitas con patio propio. Para la selección de materiales se utilizó desde su planeación materiales puros cómo el concreto enduelado aparente, madera existente y madera de nogal. En baños se emplearon placas de mármol blanco las cuales ayudan a dar una sensación de amplitud y limpieza.

El tema de sostenibilidad en el proyecto se atacó desde diferentes puntos. El primero fue la selección de materiales que requirieran poco mantenimiento, el segundo fue la orientación de la casa y los patios interiores que permiten contar con iluminación y ventilación natural en todos los espacios de la casa, y por último la colocación de paneles solares con la finalidad de proporcionar energía y luz al inmueble.

La responsabilidad social como arquitectos no sólo puede centrarse y limitarse a cumplir las necesidades acordadas con el cliente, también se tiene responsabilidad con el contexto del inmueble, en base a esta premisa se optó por mantener la fachada existente, restaurándola y rescatando los detalles que plasmo el arquitecto Manuel Parra, de esta manera se logró el respeto al inmueble existente y a la imagen urbana de la zona, la cual conserva el mismo paramento.

Con base al planteamiento conceptual arquitectónico, se buscó que el sistema estructural de la casa permitiera eficiencia de construcción y economía. El concreto aparente fue la elección para estructurar la casa y al mismo tiempo otorgar el acabado final planeado. En las zonas donde se proyectó tener plafón con acabado natural de concreto se proyectaron losas planas con trabes invertidas, logrando una limpieza espacial donde las trabes no son vistas. En las áreas donde el acabo interior es de aplanado de yeso se consideró un sistema de vigueta y bovedilla para la losa. En el tema de muros, la mayoría se contemplaron de concreto aparente, y sólo el empleo de muros de block para las divisiones interiores de las áreas privadas.

El mayor reto estructural fue el anclaje de la obra nueva con la fachada existente, la cual por su antigüedad y material (adobe) corría el riesgo de desprendimiento. La solución fue la demolición por partes, reemplazando cada área demolida por la nueva construcción para nunca perder rigidez. Para el resto de la obra el proceso fue convencional, con el empleo de sistemas constructivos de muros de carga de concreto armado, sistema de losas planas con trabes invertidas y en ciertas áreas vigueta y bovedilla.

A diferencia de otras obras arquitectónicas de concreto aparente donde se buscaba una perfección en el acabado empleando cimbras metálicas o moldes, en esta obra se buscó que el manejo del acabado fuera rústico, empleando cimbra de madera y evitando el chuleado de muros, dando una apariencia mucho más rugosa y natural del material.